7 de marzo de 2011

Mamá imperfecta

Mamá no sabe que yo lo se. No vino a la función de Navidad "Amore, llegué tarde: Ya había empezado y me tuve que ir antes de que acabara..." dijo. Habrá tenido una de sus mil reuniones. No fue. Pero no se lo voy a decir, pobre mamá. Sino se pone triste, le salen dos gotas grandes de los ojos y empieza a decir unas cosas muy raras, que no entiendo. Que si no tiene el don de la ubicuidad, que si la sociedad no está preparada para las madres trabajadoras, que si quiere dimitir de madre, que si siempre está corriendo y nunca llega (que raro, si corre llega y encima antes), que es muy difícil de conciliar (¿qué será eso?) trabajo, amor, niños, casa, amigos, padres, ella misma... Y entonces añade algo divertido sobre los platos chinos: hay que hacerlos girar todos a la vez, sin descuidar ninguno porque, a nada que te distraigas, se cae uno y luego todo se desmorona.

Mi hermanito piensa que si ha estado en la función de su cole. Es pequeño. Yo no me lo creo, pero no se lo voy a decir a nadie, ni a él. Total, no se entera de nada. Por ejemplo, el otro día mamá dijo que venía Reyes a cenar y él alucinó: "¿Que hoy vienen los Reyes Magos a casa?". Cuándo decimos cosas así, mamá se parte de risa. A mi me gusta cuando se ríe, con todos esos dientes.

Por la noche todos queremos dormir con ella. Incluso papá. Y entonces intentamos meternos en su cama. Pero los niños lo conseguimos pocas veces, y además debe de pasar algo raro, porque yo siempre acabo en la mía. Antes de ayer le pedí que me contara un cuento. Y cuando por fin Cenicienta subía la escalera de palacio... ¡se durmió! No la princesa, ¡sino mamá! apagué la luz y me abracé a ella.

Ayer no se le quemó la pizza ¡que raro!, dijo mi hermana pequeña. Ummm estaba buenísima! Papá dice que mamá cocina bien, pero poco. Lo mejor es la lasaña al pesto. Porque el pesto lo hace la abuela italiana. La nonna, que todos queremos muchísimo, es un poco a la antigua y piensa que la mamma trabaja demasiado. "Hija, ¿para que tener niños entonces? ¿para que te los críe otra persona? ¿para verlos cinco minutos antes de acostarlos?". Pero, en realidad, ella también está muy orgullosa de mamá.

A veces llega tarde y ...¡sorpresa! Todavía estamos despiertos. Por la mirada que lanza a papá, diría que no le gustan esas sorpresas. Pero menos mal que está papá pendiente de nosotros, presente cuando ella no está. Siempre que no hay partido, claro.

Creo que mamá tiene superpoderes, como las Winx porque sabe hacer un montón de cosas a la vez. Por ejemplo, esta tarde: preparaba un risotto, corregía mis deberes, contestaba el móvil, escribía en el ordenador, jugaba con mi hermano al futbolín...Cuando se lo digo, me dice que no, que ya no hace falta ser una superwoman, que las mamás no tienen porque hacerlo todo perfecto. Lo importante es aceptar tus limitaciones, dar lo mejor de ti y sobre todo disfrutar de la vida. Aunque imperfectas, siempre felices.

El otro día en el cole me preguntaron que quería ser de mayor. ¡Quiero ser como mamá, una mamá imperfecta!

(Obtenido de la Revista Elle)

"La Igualdad nos hace libres"

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AMPA EL CASTILLO